Ser propietario de un caballo es una de las aventuras más gratificantes en las que puede embarcarse un amante de los animales.
Sin faltar al respeto a los perros y a la gente que los quiere, pero el caballo puede presentar un sólido argumento como el verdadero poseedor del título "El mejor amigo del hombre". Los caballos son animales inteligentes y sensibles que han desempeñado diversas funciones a lo largo de la historia. Han transportado soldados en la guerra, han proporcionado el sustento a muchos granjeros y han robado el corazón de muchas personas con sus adorables travesuras.
Sin embargo, como ocurre con todas las mascotas, un futuro propietario responsable debe investigar antes de invertir en tener un caballo como mascota. Los caballos merecen los mejores cuidados que su gente pueda darles, ya sean caballos de carreras en el TwinSpires probabilidades del Derby de Kentucky o si son simplemente compañeros y ocasionalmente compañeros de monta.
Eso rara vez se consigue cuando la compra o adopción de un caballo se hace por capricho.
He aquí tres puntos que debe tener en cuenta antes de lanzarse a ser propietario de un caballo.
¿Qué quiere hacer?
Cuando se imagina pasando tiempo con su caballo, ¿qué hace con él?
Puede parecer una pregunta obvia, pero los distintos tipos de caballos se crían para actividades diferentes, e incluso si sólo piensa montar de forma recreativa, los caballos de determinados orígenes serán más adecuados para usted que otros.
Por ejemplo, si desea realizar paseos tranquilos por senderos, lo más probable es que quiera un caballo tranquilo que muestre poca reacción de sobresalto ante los estímulos ambientales y que tenga los pies lo bastante seguros como para llevarle por terrenos irregulares. Los caballos cuarto de milla, que son caballos pequeños y compactos que pueden ofrecer grandes ráfagas de velocidad pero que se crían para mantener la calma bajo las presiones del trabajo en el rancho, son grandes compañeros para este tipo de paseos.
Sin embargo, si le interesa más una disciplina como el salto de obstáculos, es más adecuado un caballo ágil con resistencia y ancas poderosas. Una raza alta y grácil como el Holandés sangre caliente o el Pura Sangre tiene la habilidad natural para flotar sobre los saltos y, al mismo tiempo, el temperamento para someterse al entrenamiento y la competición.
Al igual que con las razas de perros, querrá elegir un caballo que se adapte a sus objetivos y a su estilo de vida. Los caballos son más felices cuando están ocupados y establecen vínculos con sus dueños a través de actividades estructuradas con objetivos y expectativas claros.
¿Dónde vivirá su caballo?
Los caballos necesitan estructuras interiores y exteriores para recibir el cobijo, la comida y el ejercicio adecuados, y la mayoría de la gente no dispone, hoy en día, del tipo de espacio que un caballo puede ocupar fácilmente. Por ello, muchos propietarios de caballos que viven en zonas urbanas o suburbanas deben alojarlos en granjas cercanas.
La decisión de alojar a su caballo en una granja determinada no debe tomarse a la ligera. ¿A qué distancia está la granja y cuándo piensa venir a pasar tiempo con su caballo? ¿Qué tipo de comunicación desea establecer con los propietarios de la granja? ¿De qué comodidades dispone la granja, y pueden usted y su caballo hacer uso de ellas? ¿Tiene la granja buena reputación entre otros propietarios que se han alojado allí? ¿Cuánto cuesta el pupilaje? Todas estas preguntas necesitan respuesta antes de tomar la decisión de colocar a su querida mascota en el establo de otra persona.
¿Qué ocurre si las cosas van mal?
Puede que no sea un pensamiento feliz, pero los propietarios potenciales de caballos deben pensar en lo que harán si las cosas van mal.
Los caballos son notoriamente propensos a los accidentes, y sus delgadas patas hacen que lesiones que otros animales podrían sortear se conviertan de repente en una amenaza para su vida. Sus sensibles sistemas digestivos, que hacen imposible que un caballo vomite, también hacen que pequeños cambios en su ingesta diaria de alimentos puedan ser potencialmente desastrosos. Antes de comprometerse a tener un caballo, debe asegurarse de que dispone de los recursos financieros no sólo para proporcionarle los cuidados diarios, sino también para cubrir cualquier factura veterinaria repentina y abultada que le pueda surgir.
Además, un caballo sano puede vivir fácilmente 25 años, lo que significa que muchos acaban sobreviviendo a sus propietarios. En caso de que de repente no pueda poseer o cuidar de su caballo, necesita tener un plan en marcha para que un ser querido o un empleado de la pensión se haga cargo en su ausencia. Los caballos, como todos los demás animales domésticos, deben tenerse en cuenta a la hora de hacer testamentos u otros planes para el final de la vida.
Ser propietario de un caballo es un hermoso viaje, cuando se da el primer paso con unos cuidados bien estudiados.
