La mayoría de nosotros tendemos a instalarnos en nuestra zona de confort, tenemos miedo al cambio o a algo nuevo. Quizá porque ya no esperamos cosas mejores, o quizá porque vivimos en la creencia de que todo final es doloroso y no conduce a algo mejor.
Cada cambio es importante y cada cambio en sí mismo es significativo. Lo que parecía negativo o doloroso al principio puede convertirse en algo nuevo; en un nuevo comienzo, en un nuevo camino, en una nueva dirección, en una nueva oportunidad, en una nueva vida, en un nuevo usted.
No considere el final doloroso como el final definitivo de todo. De hecho, es un nuevo comienzo. Recuerde que después de cada tormenta, hay un arco iris.